Todos los lunes, el café “La Buena Medida” es el escenario elegido por milongueros y milongueras.
El pasado 25 de Octubre no fue la excepción. Desde hace ya muchos años, el bar ubicado en la esquina de Rioja y Buenos Aires, es testigo viviente de quienes prefieren empezar la semana bailando.
De la mano de Hernán Arellano Zenteno, hombres y mujeres interesados en el tango, concurren a aprender a bailarlo todos los lunes a las 21 hs. Posteriormente, los milongueros y milongueras más experimentados, comienzan su semana entre baile y baile.
La jornada de milonga se inicia alrededor de las 22.30 y se extiende hasta pasada la media noche. Así, con luz tenue y la música a “todo vapor”, hombres y mujeres de todas las edades, le sacan brillo al piso de “La Buena Medida”, disfrutando de un tango tras otro.
Su precursor, Hernán Arellano, se encarga de ambientar el lugar y de llevar la música. El resto, es mera improvisación. Paradójicamente, Arellano no es argentino, nació en Bolivia; y así y todo, es fanático del tango por vocación. Él mismo explica el por qué:
Al escucharlo hablar sobre la “danza de los argentinos”, es fácil denotar su fanatismo y los sentimientos que ella despierta en su interior. Y al verlo bailar, todo eso se hace aún mucho más evidente. Desde la técnica empleada hasta las expresiones en su rostro.
Hernán es uno de los tantos residentes extranjeros en nuestro país, que le dan vida al tango, gracias a quiénes sigue vigente. Pero esto no lo digo yo, sino un milonguero viejo, como se autodenominó: “el tango es importado, lo mantienen los turistas”. Triste pero real.
Interesante integración entre texto y audios y buena ilustración del relato a través del video.
ResponderEliminarBien la distribución de los enlaces. Son pertinentes.